Preparados, listos, ya!

La semana pasada cumplí 34 años.

Horror! Acudo espantada al espejo a observar si mis "primeras líneas de expresión" (eufemismo inventado por las empresas cosméticas para convencer a las treintañeras de que empiecen a gastarse la pasta en algo más que una hidratante del Mercadona) han empeorado con respecto al último día en que tuve 33.

A simple vista, todo sigue igual: un par de "líneas-arrugas" en la frente, las "líneas-patas de gallo" alrededor de los ojos, las ojeras que me hacen parecer un oso panda, y esas "pigmentaciones" (otro eufemismo), que a los 15 son unas pecas graciosísimas con toque pícaro y que veinte años después se convierten en manchas antiestéticas y chivatas, porque lo que mola cuando vas camino de los cuarenta es que toda tu cara tenga la misma textura y color que la de una pastorcita de Lladró.

Y aunque no he oído sonar las trompetas que anuncian el fin del mundo, empiezo a sentir una especie de vértigo extraño, y surge una voz interior (oyendo voces, esto no presagia nada bueno...) que me recuerda que en el mejor de los casos estoy a poco de haber vivido media vida. Y con sorna y socarronería, me dice: ¿y qué?

Eso digo yo, ¿y qué?. Me visualizo en la línea de salida de una pista de atletismo, en la posición de listos (con el culo en pompa, para entendernos), esperando a que suene el pistoletazo para comenzar a correr. De repente, noto una ráfaga de aire y alguien me pasa por el lado a toda leche, con pinta de ser el conejo de Alicia que llega tarde a algún sitio, y me doy cuenta de que todo el mundo ya está corriendo menos yo. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no he oído yo el disparo?

Y para combatir la crisis existencial, no se me ha ocurrido nada mejor que crear un blog, de momento sin mucha idea de cómo enfocarlo. He visto blogs de opinión, de arte, de chorradas, cómicos, profesionales, útiles y absurdos. Y francamente, no estoy segura de poder alimentar al bicho ni con buenas entradas ni en cantidad suficiente. Y yo, que siempre fui más de diario secreto, no quiero contar mis cosas a los cuatro vientos, si no están revestidas de una buena dosis de humor e ironía.

Así que aquí comienzan las memorias de Maluna para la blogosfera.

Valor y al toro, que esto no ha hecho más que empezar.

Comentarios

  1. por fin se destapa!!!!!
    si es que no te cabe dentro to lo que piensas...y tienes que soltarlo de algun modo!!!
    ole! ole y ole! me quito el sombrero....hay que echarle narices...a la carrera, a los que corren contigo o mas que tu...en fin, al tiempo en general, que es lo unico que no espera...
    me prometo ser tu seguidora constante....jejeje

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